En Bombay encontramos uno de los barrios marginales de chavolas más grandes del mundo. Una tarde iba por allí en coche bajo la lluvia monzónica y llegué a un semáforo en rojo. Esta madre y su hijo se acercaron a mi ventanilla con la esperanza de que les diera una limosna o les ayudara. Levanté la cámara y disparé dos veces. Tomé dos instantáneas. Tras el segundo disparo, el semáforo se puso en verde y el conductor arrancó. Cuando pienso en ello ahora, esta foto es para mí un símbolo del contraste entre los que tienen y los que no tienen, ricos y pobres: ahí estoy yo, un extranjero rico, en un taxi con aire acondicionado, en una especie de burbuja, escuchando música… y fuera, bajo la intensa lluvia monzónica, una madre y su hijo, que se acercan a la ventanilla de mi coche en busca de algo de caridad, esperando algún tipo de ayuda… pero en lugar de eso, cambia el semáforo y desaparecemos.