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Peshawar, Pakistán, 1984

Este es el retrato de Sharbat Gula, una niña refugiada a la que fotografié durante un trabajo en la frontera entre Afganistán y Pakistán. Una mañana, caminando por un campo de refugiados a las afueras de Peshawar (Pakistán) me pareció escuchar unas voces que salían de una tienda. Era una escuela de niñas. Me asomé y le pregunté a la profesora si le parecía bien que fotografiase a alguna de sus alumnas. Reparé en una niña que estaba alejada, sentada en un rincón, con una mirada increíble, unos ojos increíbles. Supe enseguida que iba a ser un retrato importante, porque su mirada en realidad mostraba la historia de Afganistán. Había en ella una especie de tragedia, de tristeza… una mirada que de algún modo me contaba que había más de tres o cuatro millones de afganos viviendo en campos de refugiados en tiendas como aquella. Así que la fotografié. Estuve quizá sólo uno o dos minutos haciéndole fotos. Ella miraba al objetivo con curiosidad porque era la primera vez que alguien la fotografiaba. Sus ojos eran realmente asombrosos… y tras uno o dos minutos se levantó y salió corriendo, pensando que la sesión había terminado.  Ha resultado ser, probablemente, la fotografía más importante de mi vida. Durante los últimos 27 años hemos recibido, sin exagerar, miles de cartas de personas que querían enviarle dinero, ropa… incluso hombres que querían casarse con ella. Pero lo mejor de todo esto es que nos ha permitido ayudarla a ella.

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