Podemos encontrar elefantes en diferentes zonas de Asia, India, Sri Lanka, Nepal, Birmania, Camboya, Tailandia... Este elefante en concreto estaba en Chiang Mai, en el norte de Tailandia. Una mañana estaba fotografiando a su cuidador, que estaba leyendo un libro apoyado en una roca. Entonces, esta cría de elefante se acercó a donde él estaba y comenzó a frotar su hombro contra aquella enorme piedra. Me resultó divertido porque parecía que el elefante mirara por encima del hombro del cuidador para leer él también el libro. Una de mejores cosas de la fotografía es que puedes volver a una imagen una y otra vez. Es un instante congelado en el tiempo al puedes regresar siempre que quieras. Y esa imagen se graba en tu memoria y, con suerte, si es una buena foto, nunca la olvidarás. Creo que eso es lo que define a una buena fotografía: que permanece contigo, aprendes algo de ella, de algún modo… te cambia, y siempre la recordarás.