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Bylakuppe, India, 2001

Lo que me apasiona de la fotografía es poder recorrer y explorar el mundo en el que vivimos, y descubrir las diferencias y semejanzas entre las distintas personas de diferentes lugares del mundo. Estaba paseando por un monasterio tibetano en el sur de la India, y me encontré con estos jóvenes monjes novicios, que después de un día entero de estudio, disciplina intensa y prácticas budistas, liberaban un poco de tensión – estaban allí con videojuegos, uno de ellos con una pistola de juguete… - y hacían lo mismo que hacen los niños en cualquier lugar del mundo. Nunca dejarán de fascinarme los niños y lo diferentes que son, cómo se visten de forma diferente, actúan de distinta manera, pero al final son todos iguales, da igual de dónde sean.

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