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Zhengzhou, China, 2004

Estos hombres colgados boca abajo son en realidad monjes de Shaolin. El monasterio se construyó en el siglo V para protegerse y desarrollar las artes marciales como defensa contra las tribus merodeadoras, los ladrones y los bandidos. Ahora los profesionales de las artes marciales vienen de todo el mundo para rendir homenaje y hacer donaciones para el mantenimiento de este monasterio tan histórico. Los monjes Shaolin realizan increíbles proezas, demostraciones de flexibilidad y resistencia al dolor, y se han ganado una reputación mundial como los mejores guerreros budistas.

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