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Malí, 1986

Siempre me ha intrigado y fascinado el rostro humano. Me apasiona el retrato, me encanta fotografiar a la gente, observar el comportamiento humano, ver cómo interactuamos y nos relacionamos. La mujer del retrato, de la tribu de los Touareg, transmite una gran belleza y dignidad. La fotografié en las afueras de Gao, cerca de Tombuctú, en Malí. Es una zona muy desértica, de las más áridas y calurosas del mundo. Los tuareg son un pueblo majestuoso y orgulloso, y llevan ropas teñidas de un tono añil muy intenso. Y ese pigmento índigo, a veces, destiñe levemente manchando la piel de quien viste esos ropajes, haciendo que parezca tener la piel azul. Por eso se los llama “los hombres azules del desierto”.

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