Una de las experiencias más profundas que he vivido como fotógrafo fue la de visitar y documentar las secuelas del tsunami de Japón en 2011. Un terremoto que superó los nueve grados en la escala de Richter, convirtiéndose en el mayor terremoto que ha golpeado Japón en la historia y el quinto más fuerte en todo el mundo. La ola del tsunami alcanzó en algunos momentos los 15 metros de altura y recorrió la increíble distancia de 10 kilómetros tierra adentro. Es difícil imaginar que aquella ola pudiera viajar a unos ochocientos kilómetros por hora en el mar, así que cuando toda esa fuerza golpeó la costa fue simplemente imparable. Según el balance definitivo de víctimas, aquel desastre natural se cobró la vida de 18.000 personas. He estado en muchas zonas de guerra y de conflictos civiles en distintas partes del mundo, pero nada habría podido prepararme para el horror y la devastación que golpeó a Japón en marzo de 2011.
Kesennuma, Japón, 2011
